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sábado, 18 de julio de 2015

SEGUNDO ANIVERSARIO DEL ACCIDENTE DE TREN EN SANTIAGO


El próximo día 24 se cumplen dos años del accidente de tren Alvia en la curva de A Grandeira, cerca de Santiago de Compostela. “Verdad y justicia,” dice la pancarta de la Plataforma Víctimas Alvia 04155, que pide una comisión de investigación en el Congreso. Aunque han reunido más de 100000 firmas que avalan esta reclamación, no lo van a conseguir. Tampoco el juzgado de Santiago que tramita la causa por la muerte de 79 personas en el accidente resolverá las dudas que pesan sobre esta catástrofe.
Son los políticos y los Gobiernos los que deberían dar una respuesta creíble a la sociedad para que las familias de los fallecidos y los supervivientes se sientan compensados.
La Voz de Galicia del pasado día 12 de este mes de julio, recogía las quejas de la Plataforma. El colectivo quiere una comisión de investigación para que se depuren responsabilidades por el accidente. Pero no tendría que llegar a formarse la comisión de investigación para que quien tiene que dar una respuesta satisfactoria haga lo posible para que los afectados, los usuarios de RENFE y la sociedad en general, vean que del accidente se ha aprendido algo y que ya nada va ser igual después la tragedia.
Nada se ha hecho, sin embargo. El Gobierno y la Xunta han sido torpes en sus actuaciones y mediocres en el enfoque de la resolución del problema. La Plataforma de Víctimas no encontró receptividad en los dos partidos mayoritarios, PP y PSOE, por ello, este se convierte en otro problema más al que no se le da una resolución acorde con los tiempos nuevos que corren.
Es necesario decir la verdad, hacer las modificaciones que haya que hacer, aunque sea en plena crisis económica, volver a decir la verdad sobre los cambios acometidos en el sistema de transporte y pedir perdón para que la gente se vea indemnizada emocionalmente antes que económicamente.
Es penoso ver cómo el tren Alvia alcanza los 200 km/hora nada más salir de Ourense en dirección a Santiago y cuando llega al lugar del accidente reduce de golpe a 80 km/hora. Con esa reducción de velocidad no hacen más que recordar a los viajeros que esta vez el tren frena, pero se pierden minutos en la llegada y ¿no sería mejor rehacer un trazado (el que tendrían que haber hecho) para que la velocidad no tenga que reducirse de repente cuando faltan pocos kilómetros para llegar a uno de los destinos? Los errores se pagan.


(C): La primera foto es de La Voz de Galicia, publicada el día 12 de julio de 2015. Su autor es Benito Ordóñez.
La segunda foto es propiedad de la autora de este artículo de opinión.


UN RECIÉN NACIDO EN EL CONTENEDOR



La madre del recién nacido encontrado en un contenedor, fue detenida. Ella misma dijo que tiró a la basura su cuarto hijo por necesidades económicas. Estaba en casa recuperándose del parto cuando la policía llamó a la puerta. El progenitor dijo no saber nada del asunto. No notó la ausencia de la criatura. No la echó en falta. Tampoco puso una denuncia por su desaparición. El hombre quedó en libertad para cuidar de los tres hijos de la pareja. También dicen las noticias que se estudia su idoneidad para quedarse con el hijo, sin embargo la Comunidad de Madrid decidió otorgarlo a una familia de urgencia para que se haga cargo de él. El patriarcado necesita a una mujer para que el cuadro familiar no desentone.
El bebé está desarrollado. Se ve que la madre lo cuidó bien durante los nueve meses de embarazo pero, ¿qué es una mujer más que un vientre de alquiler?
Nadie del entorno de la detenida habló en la información que ofreció La Sexta el viernes, día 18 de julio a las ocho de la tarde en el espacio La Sexta Noticias 2ª edición. Hay que tener en cuenta que este es un canal considerado de izquierdas, donde se dicen las cosas que los demás callan. Los testimonios eran de varones, todos ellos muy comprometidos con la causa heroica de salvar a un niño llorando en el contenedor de basura. Incluso uno de ellos tuvo que hacer un silencio para dar paso a la emoción que embargaba su propio relato.

Habrá juicio y la madre resultará culpable y dirá, como en otros casos, que lo hizo ella sola, que no busquen más razones que las de una mujer agobiada. El hombre agachará la cabeza y repetirá que no sabía nada de lo que tramaba la mujer.