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martes, 29 de enero de 2019

LA PELICULA ROMA



¿Por qué desconcierta al público masculino?

Con diez candidaturas a los premios Oscar de este año, Roma se convierte en una película que hace historia, pero está por ver si se lleva alguno de los diez: sonido, mejor actriz, mejor actriz secundaria, diseño de producción, mejor película, mejor película de habla extranjera, cinematografía, dirección, fotografía y guion original.
No tiene éxito entre el público masculino que ya la ha visto porque los códigos están cambiados. No fueron los  jóvenes instruidos sobre la lectura de un relato que es, en sí, la deconstrucción de una historia, es decir un film para iniciados en el movimiento "me too".
No hay un héroe ni heroína, la protagonista es una criada, con las cualidades humanas que se le atribuyen a este rol social y simbólico. Cleo es una metáfora de una situación humana en general, que se comprende tanto por el colectivo a quien representa como por cada una de las mujeres. Sin embargo, lo que debe preocuparnos es la razón por la que no conecta con el público masculino. La metáfora de la situación que representa Cloe es ajena al colectivo masculino en general, aunque pueda atañer la problemática de forma directa a muchos de los hombres del público.
Aunque sigue una estructura narrativa clásica, en la que pueden delimitarse los viajes de la anti heroína, en este caso, hay aspectos en la película que nos llaman la atención. En primer lugar el uso del blanco y negro y, en segundo lugar, la colocación de la cámara. Sobre esto último son llamativos dos momentos en los que la cámara se hace dueña del relato por sí sola. Uno de ellos ocurre cuando Cloe, enfocada en primer plano, escucha las preguntas de la doctora. Podemos conocer el pensamiento de la protagonista a través de sus silencios y sus escasas palabras. La otra situación se da cuando la cámara se adentra en el agua de la playa en paralelo a la protagonista. Es de suponer que  en este instante el público se remueve en el sillón del cine o en el sofá de sus casas porque teme sumergirse y ser tragado por el mar a medida que la mujer avanza sin saber cuándo llegará el punto de retorno a un lugar seguro, porque la cámara no nos lo dice, por el contrario, nos invita a temer por su vida.

Por lo demás la cámara es testigo de lo que ocurre sin hacerse notar. Viaja con la protagonista pero desde un plano general y abierto, sin llamar la atención. Prueba de esta posición es cuando desde el hall de la casa da cuenta de los movimientos de las personas que suben y bajan las escaleras o acuden a distintas dependencias sin que nadie repare en ser vistos. Porque no ocupa un lugar privilegiado, más bien se sitúa en un punto de espionaje blando.
Existe en el relato un mentor, como en toda historia de corte clásico. En este caso es el ama de la casa. Sabemos que Cloe es una criada cuando se acerca a su jefa para contarle algo importante. El personaje principal se da a conocer informándonos de su situación personal. Y como un ejemplo exacto de "lo personal es político" expresado por Kate Millet en Política sexual, la narración avanza a través de esa noticia que nos trae la protagonista.
La dueña de la casa, como un mentor del héroe en el relato tradicional equivalente, aconseja a la criada qué debe hacer, y esta lo hace. La mentora, sin embargo, permanece en un ángulo oscuro del relato.
La doctora hace de heraldo bueno porque trae buenas noticias y es el aspecto positivo del drama. Conduce a la protagonista por el camino de su propio discurrir. El mentor y el heraldo se fusionan en este relato para ayudar a la criada, que se encuentra ante una situación compleja.
La figura cambiante aparece dos veces en la película y en las dos ocasiones deja a la protagonista en apuros. Sin duda la figura cambiante es ese hombre del que solo sabemos tres cosas: que es capaz de engendrar un bebé, que se entrena para la guerra y que empuña un arma en el peor momento. Esta figura masculina, del sexo opuesto a la protagonista y de inesperada actitud, es la figura cambiante, que en el cine tradicional y de Hollywood lo representa siempre una mujer. Por eso choca el relato a los ojos del público joven masculino.
¿Quién introduce la función dramática en Roma? ¿Quién pone el suspense en el relato? El hombre de la casa ausente, sin duda. Es un enemigo, y así se descubre cuando la madre anuncia a sus cuatro hijos que el padre no volverá a casa.
La sombra y la función dramática se funden en el mismo personaje que describimos  como ausente. Sombra porque se proyecta de esta forma en la vida de la familia, y dramática porque les causa dolor cuando se conoce que no volverá al hogar.

También en Diario Siglo XXI


miércoles, 9 de enero de 2019

MUJER ALTA SUPERDOTADA Y NEGRA



Lo sé, parece un titular ofensivo, pero solo es descriptivo, ajustado a la persona de la que voy hablar.
Por estas navidades me regalaron el libro Mi historia, de Michelle Obama, editado en España por Plaza y Janés. Lo leí de un tirón. Nunca antes había leído una biografía de una mujer que estuviera tan planificada su redacción de principio a fin. Percibí que está hecha con el cerebro y sin dejar nada al azar. Hasta  las emociones allí descritas están fundamentadas, calculadas y razonadas.
No hay en él nada nuevo, si exceptuamos lo publicado en fechas recientes cuando el libro salió la venta: que recurrió a la fecundación in vitro para tener a sus hijas y que no tiene aspiraciones políticas,  esto es, que no se presentará a las elecciones. La política no es lo suyo, dice.
De las cualidades que menciono en el titular, la autora se hace eco de las mismas a lo largo del texto, precisamente para recalcar lo positivo y lo negativo de ellas, según se mire y en qué circunstancias.
Tuve la impresión a lo largo de la lectura de que los temas de los que se ocupó como primera dama, el huerto de la Casa Blanca, Let´s move!, Reach Higher, Let Girls Learn y Joining Forces fueron proyectos de gobierno,  durante el mandato de Obama, y que los objetivos políticos de la agenda principal del presidente constituyeron solo un relleno secundario. Es solo una primera impresión, pero veremos qué cuestiones de la agenda principal y de la secundaria pasan a engrosar cambios en la historia social de los ciudadanos estadounidenses.
Si nos centramos en el trabajo de la primera dama, es tal la magnitud de las iniciativas sociales de Michelle durante esos ocho años, que será difícil igualar a otra esposa de un presidente de los Estados Unidos.
Es significativa la autocrítica, el punto de vista variado que da al relato, los pros y los contras de las decisiones tomadas y la importancia de no dejar nada sin tener en consideración antes de emitir un juicio razonado.


Sin poner etiquetas,  habla de cómo se le consideraba una mujer enfadada, en lugar de una persona seria y crítica, de cómo se tuvo que esforzar en romper con actitudes propias y naturales, para aparecer de otros modos más convenientes políticamente.
Se refiere en varias ocasiones a las cesiones que hacen las mujeres cuando rompen estereotipos. Ella  las describe como sacrificios por el bien de un objetivo, encarnado en este caso en la trayectoria de su marido, que no era la suya propia.
Michelle nos describe a una mujer que se topa con el sufrimiento y la felicidad; la búsqueda y el descubrimiento; el amor y la entrega. Y, como en una película en la que no vemos al personaje principal, el secundario se hace con todo el protagonismo por su larga carrera de fondo de la que nos hace partícipes.
Rompió moldes y se dio cuenta pronto de que era diferente a los demás. Desde ese ángulo de encontrarse a sí misma en un sitio que no parecía el suyo, conectará con muchas otras mujeres, sean de su generación, mayores o más jóvenes, altas o bajas, dotadas o del montón, blancas o de color.
Al final lo que queda de la lectura de su historia es ese perfil de mujer capaz de lo más difícil y, sin embargo, necesitada en todo momento de afecto como una  eterna adolescente. Ella lo sabe, por eso abraza y da cariño, pero, aunque no lo dice, debemos entender que se reserva esos abrazos para quien realmente los necesita.

También en Liverdades:

https://liverdades.com/mujer-alta-superdotada-y-negra/

lunes, 7 de enero de 2019

LA IGUALDAD DE GÉNERO COMO EJE CENTRAL DE LA POLÍTICA



Formación de gobierno en Andalucía

A muchos nos ha pasado, que nos vimos sorprendidos al conocer la petición de Vox en Andalucía referida a la derogación de las leyes de  igualdad de género para apoyar un gobierno de PP y Ciudadanos.
A mí no me sorprendió tanto ver a Pablo Casado ceder diciendo que una de cada cuatro personas maltratadas o víctimas de violencia familiar no es mujer, que la violencia se ejerce contra los vulnerables, niños y ancianos (en masculino) también. Y que incluso está dispuesto el PP a conceder ayudas a los hombres víctimas de violencia (sea la que sea, supongo) con tal de que Vox apoye a Juanma Moreno para la presidencia de la Junta.
Gran número de jóvenes, indocumentados y no tanto, se suman a la nueva política de derechas por lo atractivo que es una sociedad asentada en el patriarcado. El niño de azul y la niña de rosa, dijo la ministra de La Mujer, la Familia y los Derechos Humanos de Brasil, Damares Alves. Y el gobierno  de Bolsonaro se autocalifica de "nueva era". Quieren decir que es lo que nos espera, y que la ola avanza tanto en América como en Europa.
Se comprueba una vez más la teoría feminista consistente en que el movimiento por los derechos de las mujeres da un paso adelante y dos o tres hacia atrás a lo largo de la historia. El vaivén se repite y estamos en un intento de retroceso claro,  pero ¿dejaremos que ocurra?
Días a atrás se publicaron artículos de opinión sobre el vacío del centro político. Se argumentaba que las ideas se extremaban y las derechas y las izquierdas se aclaraban más que en décadas pasadas. Las elecciones, sin embargo, se ganan con una política de centro, en la que se vea reflejado el mayor número de votantes. En España parece que el centro no interesa o que de él huyen las ideologías. Por eso me sorprendió favorablemente Ciudadanos y en concreto el secretario general, José Manuel Villegas, cuando dijo de forma tajante: "no hay un problema de violencia hacia los hombres", en respuesta a la petición de Vox de derogar las leyes por la igualdad de género y contra la violencia que sufren las mujeres.
Ciudadanos se va tener que estirar como un chicle si quiere dar respuesta a las peticiones que de ellos van hacer los partidos de la izquierda y de la derecha. Es posible que aun así crezca esta organización, porque lo razonable se tiene que imponer a la larga, pero de momento, los que están de moda son Vox y el Partido Popular de Pablo Casado. Estos tienen que llegar a un acuerdo como sea en Andalucía para hacer historia, esto es: echar a los socialistas después de casi 40 años en el poder.
Debe ser importante conseguir la igualdad de género porque se ha convertido en tema central para formar gobierno en Andalucía. No era una cuestión baladí, como sugerían los mismos que reclaman ahora el presupuesto para otras hipotéticas necesidades sociales.
Además de las palabras, tenemos que poner atención a los gestos de los políticos que quieren volver a la España de la dictadura de Franco. Son nostálgicos de una era, de un ideal masculino, que era el centro de la sociedad. No encontraron su sitio en la democracia. Quizá los más jóvenes no conocen este estilo que consiste en que debe tener el poder el más fuerte, no el que sabe ceder y consensuar.
El órdago de Vox y la respuesta del PP parece un tira y afloja entre grupos de la misma ideología, pero mientras debaten atraen a votantes y se llevan consigo el momento político, al tiempo que las mujeres siguen siendo asesinadas en nombre del machismo.