Se han escrito artículos de opinión sobre el principal partido de la oposición, que antes estuvo en el Gobierno. Se ha publicado en este blog, entre otras cosas, que la regeneración parecía pasar por “matar al padre”, esto es superar la etapa de super-hiper-liderazgo de Felipe González. Se ha apostado por Carme Chacón como legítima y merecedora sucesora. No pudo ser por pocos votos de diferencia y porque Felipe dijo algo así como “las mujeres son buenas para gobernar los sentimientos pero…”
Recordemos que hubo primarias que ganaron candidatos no queridos por “el aparato”, caso de Tomás Gómez en Madrid. La sociedad rememora en privado más que en público la osadía de José Luis Rodríguez Zapatero al respaldar en su etapa de presidente del Gobierno políticas sociales que otros países están copiando a España. En fin…que el principal partido de la oposición es un tema de gran importancia periodística porque está llamado a gobernar a medio o corto plazo, y le hacía falta tener un líder claro.
Pedro Sánchez parece poseer las cualidades requeridas para el liderazgo político, pero en su elección confluyen hechos contradictorios. Parece oportuno recurrir a la cuestión de género para explicar la situación: es la primera vez que un líder masculino semeja puesto a dedo por una líder femenina. Así se ha publicado, y, por ello, se entiende que el futuro inmediato de Pedro Sánchez depende de Susana Díaz, presidenta de Andalucía. Le ocurre a Sánchez lo mismo que a muchas mujeres políticas que, por el hecho de ser mujeres, tienen una autoridad por delegación, dependiente de algún varón que la posee porque otro varón, con autoridad, reconocida a su vez por otros varones, se la ha otorgado para que cumpla un trabajo concreto bajo unos principios determinados.
Pues bien, Pedro Sánchez es el hombre de Susana Díaz, pero dicen las crónicas que si gana las primeras elecciones que se celebren, conseguirá hacerse con el tesoro de la autoridad, que ese tesoro le hará independiente y que de ese modo podrá presentarse a las elecciones generales como candidato a la presidencia del Gobierno.
Estamos en un juego de representaciones del poder a través de imágenes. Estas imágenes se proyectan en los espejos en los que se mira la sociedad y todo ello va conformando un discurso. Es una nueva forma de hacer política que surge en Andalucía con una peculiaridad que la distingue del resto de España, y esa nueva forma de hacer política la aportan las mujeres del PSOE en esa comunidad.
Si el primer hecho contradictorio era que Pedro Sánchez necesitase la autoridad delegada de una mujer para el liderazgo, el segundo hecho es que el gran cambio que se produce en el PSOE entre el siglo XX y el XXI es que las mujeres andaluzas han alcanzado la tribuna de oradores mientras el partido era gobernado por dos patriarcas como Felipe González y Alfonso Guerra, los dos andaluces y de Sevilla.
© Áurea Sánchez
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