El próximo día 24 se cumplen dos años del accidente de
tren Alvia en la curva de A Grandeira, cerca de Santiago de Compostela. “Verdad
y justicia,” dice la pancarta de la Plataforma Víctimas Alvia 04155, que pide
una comisión de investigación en el Congreso. Aunque han reunido más de 100000
firmas que avalan esta reclamación, no lo van a conseguir. Tampoco el juzgado
de Santiago que tramita la causa por la muerte de 79 personas en el accidente
resolverá las dudas que pesan sobre esta catástrofe.
Son los políticos y los Gobiernos los que deberían dar
una respuesta creíble a la sociedad para que las familias de los fallecidos y
los supervivientes se sientan compensados.
La Voz de
Galicia del pasado día 12 de este mes
de julio, recogía las quejas de la Plataforma. El colectivo quiere una comisión
de investigación para que se depuren responsabilidades por el accidente. Pero
no tendría que llegar a formarse la comisión de investigación para que quien
tiene que dar una respuesta satisfactoria haga lo posible para que los
afectados, los usuarios de RENFE y la sociedad en general, vean que del
accidente se ha aprendido algo y que ya nada va ser igual después la tragedia.
Nada se ha hecho, sin embargo. El Gobierno y la Xunta han
sido torpes en sus actuaciones y mediocres en el enfoque de la resolución del
problema. La Plataforma de Víctimas no encontró receptividad en los dos
partidos mayoritarios, PP y PSOE, por ello, este se convierte en otro problema
más al que no se le da una resolución acorde con los tiempos nuevos que corren.
Es necesario decir la verdad, hacer las modificaciones
que haya que hacer, aunque sea en plena crisis económica, volver a decir la
verdad sobre los cambios acometidos en el sistema de transporte y pedir perdón
para que la gente se vea indemnizada emocionalmente antes que económicamente.
Es penoso ver cómo el tren Alvia alcanza los 200 km/hora
nada más salir de Ourense en dirección a Santiago y cuando llega al lugar del
accidente reduce de golpe a 80 km/hora. Con esa reducción de velocidad no hacen
más que recordar a los viajeros que esta vez el tren frena, pero se pierden
minutos en la llegada y ¿no sería mejor rehacer un trazado (el que tendrían que
haber hecho) para que la velocidad no tenga que reducirse de repente cuando
faltan pocos kilómetros para llegar a uno de los destinos? Los errores se
pagan.
(C): La primera foto es de La Voz de Galicia, publicada el día 12 de julio de 2015. Su autor es Benito Ordóñez.
La segunda foto es propiedad de la autora de este artículo de opinión.
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