Nunca como hoy he estado tan de acuerdo con Pablo
Iglesias y con Podemos. Subscribo que “la defensa de las libertades no pasa en
ningún caso por la venganza”.
Dice el presidente francés, François Hollande, que los
ataques de ayer en París fueron un “acto de guerra” del Estado Islámico. O sea,
que estamos en guerra y no nos han preguntado si queríamos ir. Si el presidente
de Francia ha obtenido el apoyo de su Asamblea Nacional y de la opinión pública,
como dice El País, para actuar contra
el yihadismo en tres frentes, entonces que nos explique también quién es el
diablo que carga el arma de guerra.
Es necesario, que quienes dicen luchar contra el
yihadismo por los valores occidentales que compartimos, le pongan cara al
monstruo que ataca. Invítenle a sentarse a dialogar. Pregúntele qué desea,
cuáles son sus objetivos y qué precio tiene la paz.
La guerra se desata aparentemente por ideologías, pero
quien manda ejecutar tiene imperiosas necesidades económicas. La ideología es
solo la percha que necesita el atacante y el que se considera atacado para
establecer un pacto, por la lucha o por la deposición de las armas. Es hora de
saber qué se negocia en este enfrentamiento con Siria e Irak. En este último
país se fue a la guerra porque había armas de destrucción masiva ¿recuerdan?
A la espera de que nos informen sobre la verdadera
identidad del monstruo engendrado en occidente, el autodenominado Estado
Islámico por el momento ha reivindicado los atentados y dice que son una
respuesta a los ataques de Francia en Siria e Irak. Estoy con Iglesias, Europa, y Francia en
concreto, enseñaron al mundo los valores de la libertad, igualdad y
fraternidad. Quien lo diría.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puede dejar su comentario.