En
la entrevista de anoche en el programa El Objetivo de La Sexta, Pablo Iglesias
respondió sobre qué hacer con la prostitución, que estarán a lo que diga el
movimiento feminista.
No
es lo que se espera de un partido nuevo, con ideas para la nueva política,
alternativa por la izquierda a la vieja política. Aunque se le requirió más
claridad en el tema, no se pronunció, sí adelantó que no tolerarán la trata ni
asociación de empresarios de clubs de alterne.
No
es suficiente. El movimiento feminista puede permitirse el lujo de vivir en la
utopía. Primero porque en él habitan varios grupos de mujeres que tienen como
idea común la liberación de la mujer, pero incluso en este movimiento no todas las feministas quieren la abolición
de la prostitución. Sin embargo, un partido político tiene que tener pragmatismo
y hacer realidad la utopía, decir cómo y cuándo acabar con la prostitución.
Esta no puede ser un trabajo, porque no dignifica a la persona.
Los
principales diarios españoles de ayer, domingo, llevaron fotos de mujeres
protestando en varios lugares del planeta por temas políticos diversos. Entre
los mencionados estaban los siguientes titulares: "EE.UU. Kavanaugh o la
élite criada entre excesos, alcohol y machismo"; "Bolsonaro: amenaza ultra en
Brasil", los dos en la portada del diario El País. En páginas de interior: "Cientos de miles de
brasileñas plantan cara en la calle a Bolsonaro". También: "Nos
enfrentamos a Kamikaces de género", en alusión a los suicidas después de
asesinar a sus parejas e/o hijos, en la
página 32 de la sección Sociedad. "La vida a bordo de un submarino",
pudimos leer en la portada de La
Vanguardia, que ilustraba el reportaje con una foto de una oficial a bordo.
Es
decir, que las mujeres están en la primera línea de las protestas que demandan
cambios sociales, y también trabajando duro, en silencio y con seriedad. Por
ello, para llegar al fondo de lo que quieren cambiar las mujeres, hay que leer
sus demandas. Los ejemplos señalados indican que los hombres propuestos para
cargos de alta responsabilidad no reúnen las condiciones de idoneidad
necesarias. El parámetro de medición ha cambiado. La prostitución es el ejemplo más claro de la
subordinación de las mujeres al género masculino. La utopía actual es la
igualdad. Cómo alcanzarla es una cuestión política.
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