¿Conseguirá
Alberto Núnez Feijóo su cuarta mayoría
absoluta al frente de la Xunta de Galicia, e igualará así a Manuel Fraga
Iribarne quien gobernó durante 15 años? Es la pregunta que se hace la
ciudadanía a la vista de las elecciones autonómicas que se celebrarán el próximo día 5
de abril.
Es
tal el éxito del dirigente popular que va a prescindir de las siglas del partido
en su próxima campaña electoral. De ahí que se hable de que “Feijóo esconde”.
Esconce las siglas del PP y esconde algo más, dice la oposición. Esconde su
frustración por no haber llegado a la dirección del partido, relevando a
Mariano Rajoy, como era de esperar para una gran parte de los militantes y
simpatizantes. Esconde su rabia por la incompetencia de Pablo Casado y esconde
muchas diferencias con la deriva del partido tras la renuncia de Rajoy.
Alberto
Núñez Feijóo se prodiga poco, pero sale bien parado en las entrevistas. Tiene
experiencia y al escucharle es fácil comprender que era la persona idónea para
pilotar el Partido Popular. Nunca un proceso de primarias en un partido se ha
visto con resultados tan desastrosos como el que ha protagonizado el PP y sus
dirigentes con Santamaría, Cospedal y Casado. Feijóo renunció en su día a competir por razones nada bien
explicadas, pero Rajoy debería haberlo propuesto a dedo para no causar más daño
a la organización política. Con Feijóo tenían un digno sucesor, como lo ha sido
de Fraga en Galicia.
En
las entrevistas sale airoso menos en la que le hizo hace años Jordi Évole en el
programa de La Sexta, Salvados. No explicó lo que se le pedía, y nadie pidió
más manifestaciones. Sus amistades peligrosas confunden tanto dentro como fuera
del Partido Popular.
No
quiere hablar de coaliciones con Ciudadanos o con Vox, le molestan. Quiere
mantener un parlamento limpio de extraños en su bancada. Para él ha sido fácil
decir que era la izquierda la que estaba dividida y disfruta con ese “multipartito”,
como él dice, cuando se refiere a la política en Madrid, y que rechaza para
Galicia. Pero las encuestas dicen que no hay tanta división en la izquierda en
Galicia como sucede en la derecha en el resto de España.
La
situación difícil para el Partido Popular y para Núñez Feijóo se les plantea en
su propia casa. El solo hecho de hablar de coalición o acuerdo con Ciudadanos, y
que Vox no presente candidato a la Xunta, pero sí candidaturas, es ya un
problema que puede ir a más a medida que avancemos hacia la fecha electoral.
Cierto que Feijóo no necesitaba ahora que le hablen de tripartito de derechas, piensa
que la derecha es él y nada más.
En
Galicia puede haber cambio de gobierno porque esta vez el PSdeG-PSOE presenta
un candidato modesto, pero entrañable para el electorado, Gonzalo Caballero.
Sucede esta vez algo parecido a lo que ocurrió en el año 2005, cuando Emilio
Pérez Touriño consiguió ser presidente de la Xunta, gracias al declive de
Manuel Fraga, ya en su cuarta legislatura, y a que la oposición tenía un
candidato que no superaba en atracción al del PP, pero no despertaba al menos
rechazo. Eso es lo que ocurre en estas elecciones autonómicas gallegas. La
izquierda va a quedar reducida a tres partidos y en la derecha andan tres en
guerra entre ellos. Tres contra tres pero la oposición tiene a su favor el gobierno
de Pedro Sánchez, un activo que siempre
funciona en estos casos. Por tanto, puede
llegar el momento propicio de un tercer presidente socialista al frente de la
Xunta.
También en Diario Siglo XXI
https://liverdades.com/feijoo-esconde/
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puede dejar su comentario.