La
sombra de Diana es alargada
No
hay nada más revolucionario que un hijo cuando reniega de su núcleo. Y esto
sucede en la familia más emblemática del mundo.
Recordarán
los que siguen el tema aquel documental del año 2017 con el que se promocionaba
la salud mental entre los jóvenes. Aparecían Catalina, Guillermo y Enrique
hablando del bienestar psíquico de forma natural y terapéutica. Nada hacía
pensar por entonces que el problema entre los hermanos era tan grande.
No
importa que Enrique revele cuestiones en las que queda malparado como que mató
a un número determinado de talibanes o que tomó drogas como la cocaína en su adolescencia. Lo que imprime
carácter a su autobiografía es que reniega de su familia y de toda la pompa que
la rodea. El público en general suele creerse la mítica historia de la realeza,
pero él pone el contrapunto, el dedo en la llaga de su propio dolor.
El
libro aclara hechos muy jugosos que desmienten el relato oficial como que los
hermanos se llevaban bien y que por eso Enrique fue el padrino de Guillermo en
su boda; que los dos aceptaron de buen agrado que su padre se casara con
Camila, o que el problema surgió con las cuñadas Catalina y Megan, cuando no
era así. Hubo una agresión física de Guillermo a Enrique antes de que este
abandonara la familia. Relatos determinantes que cambian nuestra perspectiva
sobre lo ocurrido en los últimos años en Inglaterra.
El
punto de vista de la biografía coincide con el de la fallecida Diana de Gales.
El hijo conecta con su pensamiento y su aislamiento de una forma traumática y
nos hace suponer que también telepática. No se entiende la narración si no se
tiene en cuenta de donde viene el sufrimiento del personaje.
El
hijo menor de Diana busca y rebusca en el pasado para comprender su presente y
no duda en poner patas arriba el establishment con tal de que conozcamos su
verdad.
Porque
de verdades va su libro Principe Harry en
la sombra. La principal es que desmiente el relato oficial sobre aspectos
importantes de la familia real y que le atañen a él de forma directa. Lo
habíamos supuesto, pero nadie se atrevería a decir en público que Enrique es el
recambio de su hermano Guillermo. Él lo dice, y lo explica sin tapujos. Como la
rueda de repuesto que iba en el coche (spare Wheel) él se siente el spare de su hermano y como tal se
describe. Porque quiere que todos le comprendamos, le apoyemos en su
aislamiento, en su escondite, le conozcamos desde su sombra.
El
problema es que Guillermo, llamado a ser futuro rey, como heredero que es,
queda descrito de una forma poco ventajosa. Y ya venía de antes, cuando se dijo
que es indeciso y poco seguro. Cualidades opuestas las encontramos en su esposa
Catalina, lo que se da a entender, incluso desde el discurso oficial, como su gran suerte y su acierto más
importante.
Pero,
lo que es peor, no solo es indeciso sino que es agresivo. ¿Qué podemos esperar
de un rey que agredió a su hermano y le invitó a pelear cuerpo a cuerpo?
Lo
más llamativo de Guillermo fue que utilizó dos veces en su intervención pública
la palabra paranoia para describir a su madre. Diana no se lo perdonaría.
Tampoco lo hará su hermano Enrique. Fue con ocasión de la investigación sobre
el periodista de la BBC que engañó a Diana de Gales para que concediera la
entrevista al programa Panorama, en
el que la princesa dijo aquello de “en nuestro matrimonio éramos tres,
demasiada gente”.
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