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viernes, 22 de septiembre de 2023

DOS CARCAMALES EN EL ATENEO DE MADRID

 

Presentación del libro de Alfonso Guerra

 

Mucha gente habrá pensado al ver y escuchar ayer a Felipe González y Alfonso Guerra en el Ateneo que se trataba de un acto ideado con inteligencia artificial. De hecho el primero parecía un sucedáneo de Felipón, personaje que actúa junto al denominado Aznarito en el programa El Intermedio de La Sexta. El muñeco prototipo, es decir, Felipón, se hizo dueño de lo que queda de la persona que hemos conocido y es el que mejor nos recuerda incluso al auténtico Felipe que es hoy, reconvertido en un fantoche trasnochado e irreverente.

El fantoche fue ayer al Ateneo y el abrazo protagonizado con Alfonso Guerra se reveló como el espectáculo más detestable e irreconocible para socialistas y simpatizantes.

Las palabras allí pronunciadas parecían de una película pagada por los contrarios al partido de la rosa y ni siquiera en los sueños más perversos se podrían imaginar treinta años atrás. No las podrían imaginar ni propios ni extraños porque causan dolor y vergüenza ajena.

La situación de Felipe González y Alfonso Guerra, que necesitó de un enemigo común para reencontrarse en su rencor, es digna de análisis por parte de psicólogos y sobre todo de gerontólogos.

Por pudor y respeto a las personas mayores, nos ahorramos adjetivos que bien merecidos los tienen estos octogenarios desorientados salidos de un túnel del tiempo. Pero es hora de hacer algo porque todos tenemos (o hemos tenido) padres necesitados de atención y afecto. Comprendemos y nos damos cuenta de que la celebración histórica del cuarenta aniversario de la mayoría absoluta de Felipe González en el otoño de 1982,  con el actor principal en escena, ya dio un aviso de que necesita más atención que la de subir al escenario. Sus palabras ya no son más que el recuerdo de un discurso pronunciado en otros tiempos. Para el anciano, lo que queda en su memoria, es el fragor de los aplausos, no la razón de los aplausos. Esos aplausos hoy no hacen más que confundir al protagonista homenajeado. El anciano vuelve a la niñez y, como dijo el Gran Wyoming, en las dos etapas necesita pañales.

 

 También publicado en Dos carcamales en el Ateneo de Madrid (diariosigloxxi.com)

domingo, 17 de septiembre de 2023

POR QUÉ RUBIALES DEBE DIMITIR

 

El beso a una jugadora de la Selección Femenina de Fútbol


El presidente de la Real Federación Española de Fútbol, Luis Rubiales, debe ser cesado de forma fulminante. Digo cesado y no esperar a que dimita. Y debe hacerse porque de esta forma se da ejemplo de respecto a todas las deportistas y a todas las mujeres en general.

Era motivo de cese al ver las imágenes besando a la jugadora Jennifer Hermoso pero lo es más al escuchar lo que declaró en una emisora de radio diciendo que es un beso entre dos amigos.

A quien habría que preguntar primero es a Hermoso, no al que comete el abuso de poder sobre una jugadora de la Selección. Pero tampoco importa lo que diga si ya lo vemos en las imágenes y si ya sabemos qué posición ocupa cada uno en la vida pública.

Es que no va de amigos, señor Rubiales, va, de que usted ocupa un puesto de responsabilidad y la jugadora forma parte de un equipo que usted comanda de alguna manera. Usted es un hombre y ella una mujer. En los dos se mira la sociedad por la responsabilidad pública que conllevan sus cargos.

No importa la relación que haya entre los dos, como si se aman a escondidas o lo hacen público en unas horas, no importa la vida privada para el caso que nos ocupa. Solo vale la dimisión, por reconocimiento del error, o por cese inmediato a quien corresponda tomar la decisión.

La condena y la denuncia de este comportamiento de Rubiales tienen repercusión en la vida deportiva de tantas mujeres que no cabe ninguna duda de por qué actuar de forma drástica contra Rubiales para dar ejemplo.

Son innumerables los casos de niños, pero especialmente de niñas, que sufren acoso sexual en el deporte. Sean casos destacados, como sean ejemplos de esfuerzo sin llegar a ninguna meta, siempre hay un agresor acechando al desvalido, y a la niña por ser niña.

 Este caso no ocurrió en la penumbra de una cancha deportiva a última hora de la tarde; no ocurrió en el vestuario femenino al calor de algún buen resultado;  no ocurrió en el transporte compartido entre entrenadores y jugadoras cuando vuelven a casa después de una jornada de esfuerzo, ocurrió delante de todo el mundo, a miles de kilómetros de España, donde se celebraba el triunfo por primera vez de la Selección Española Femenina de Fútbol, allí estaba Rubieles para recordarnos que las actitudes machistas forman parte de nuestra cultura y que son muy difíciles de erradicar.

Para ejemplo de lo anterior, la respuesta del locutor de radio que entrevistaba a Rubiales, dice que le pareció ingeniosa su contestación cuando le argumentó que fue un beso entre dos amigos.

Publicado en Diario Siglo XXI Áurea Sánchez Puente (diariosigloxxi.com)  el 21 de agosto de 2023