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martes, 22 de enero de 2013

UNA FAMILIA DISFUNCIONAL

Tomemos el chivo expiatorio o hijo exageradamente rebelde, como primer elemento para definir el concepto de disfunción familiar en su conjunto. Tenemos un varón, entre los 25 y los 30 años. Al que le gustan las juergas y las fiestas. Se muestra partidario de llevar visibles en sus ropas símbolos que lo identifican con grupos de la ultraderecha. El ejército es su pasión. Pilotar aviones de combate le chifla. Si hay que disparar se dispara y a tomar por… pues está en la guerra. Ha tenido novia, pero no se sabe si continúan la relación. Los padres se separaron cuando contaba menos de 10 años. El padre retoma una relación de su juventud. A la madre le cuesta asentar la suya con parejas sucesivas. Antes de conseguirlo, muere. El padre se casa con la novia de siempre. También se casa el hermano. Después de aquellos años horribles del pasado, todo parece estar en su lugar. Las piezas de la familia funcionan como es debido. Se proclama la ejemplaridad de la familia funcional. Solo una pieza parece de vez en cuando torcerse. Es el chivo expiatorio o el hijo exageradamente rebelde, que da mucho que hablar. Se comprende, pues se quedó huérfano de madre a los 11 años. Ella fue una mujer adorada por el pueblo, especialmente por ser incomprendida por quien tenía la obligación de hacer lo contrario dentro de la familia ejemplarmente funcional. El hijo exageradamente rebelde es nada menos que el nieto de la reina de Inglaterra, le llaman Harry y está en la guerra.

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