Páginas

miércoles, 9 de enero de 2019

MUJER ALTA SUPERDOTADA Y NEGRA



Lo sé, parece un titular ofensivo, pero solo es descriptivo, ajustado a la persona de la que voy hablar.
Por estas navidades me regalaron el libro Mi historia, de Michelle Obama, editado en España por Plaza y Janés. Lo leí de un tirón. Nunca antes había leído una biografía de una mujer que estuviera tan planificada su redacción de principio a fin. Percibí que está hecha con el cerebro y sin dejar nada al azar. Hasta  las emociones allí descritas están fundamentadas, calculadas y razonadas.
No hay en él nada nuevo, si exceptuamos lo publicado en fechas recientes cuando el libro salió la venta: que recurrió a la fecundación in vitro para tener a sus hijas y que no tiene aspiraciones políticas,  esto es, que no se presentará a las elecciones. La política no es lo suyo, dice.
De las cualidades que menciono en el titular, la autora se hace eco de las mismas a lo largo del texto, precisamente para recalcar lo positivo y lo negativo de ellas, según se mire y en qué circunstancias.
Tuve la impresión a lo largo de la lectura de que los temas de los que se ocupó como primera dama, el huerto de la Casa Blanca, Let´s move!, Reach Higher, Let Girls Learn y Joining Forces fueron proyectos de gobierno,  durante el mandato de Obama, y que los objetivos políticos de la agenda principal del presidente constituyeron solo un relleno secundario. Es solo una primera impresión, pero veremos qué cuestiones de la agenda principal y de la secundaria pasan a engrosar cambios en la historia social de los ciudadanos estadounidenses.
Si nos centramos en el trabajo de la primera dama, es tal la magnitud de las iniciativas sociales de Michelle durante esos ocho años, que será difícil igualar a otra esposa de un presidente de los Estados Unidos.
Es significativa la autocrítica, el punto de vista variado que da al relato, los pros y los contras de las decisiones tomadas y la importancia de no dejar nada sin tener en consideración antes de emitir un juicio razonado.


Sin poner etiquetas,  habla de cómo se le consideraba una mujer enfadada, en lugar de una persona seria y crítica, de cómo se tuvo que esforzar en romper con actitudes propias y naturales, para aparecer de otros modos más convenientes políticamente.
Se refiere en varias ocasiones a las cesiones que hacen las mujeres cuando rompen estereotipos. Ella  las describe como sacrificios por el bien de un objetivo, encarnado en este caso en la trayectoria de su marido, que no era la suya propia.
Michelle nos describe a una mujer que se topa con el sufrimiento y la felicidad; la búsqueda y el descubrimiento; el amor y la entrega. Y, como en una película en la que no vemos al personaje principal, el secundario se hace con todo el protagonismo por su larga carrera de fondo de la que nos hace partícipes.
Rompió moldes y se dio cuenta pronto de que era diferente a los demás. Desde ese ángulo de encontrarse a sí misma en un sitio que no parecía el suyo, conectará con muchas otras mujeres, sean de su generación, mayores o más jóvenes, altas o bajas, dotadas o del montón, blancas o de color.
Al final lo que queda de la lectura de su historia es ese perfil de mujer capaz de lo más difícil y, sin embargo, necesitada en todo momento de afecto como una  eterna adolescente. Ella lo sabe, por eso abraza y da cariño, pero, aunque no lo dice, debemos entender que se reserva esos abrazos para quien realmente los necesita.

También en Liverdades:

https://liverdades.com/mujer-alta-superdotada-y-negra/

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Puede dejar su comentario.