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martes, 23 de julio de 2019

LUGO Y SU MURALLA ROMANA




Son escasos los turistas que visitan la ciudad de Lugo, pero esa escasez de visitantes la hace más atractiva para los que buscan una opción contra corriente.
Encontrarán una capital de provincia con todo lo necesario institucionalmente, con las tiendas más conocidas y algunas exclusivas, con una oferta de tapas propia en la zona de los vinos por la forma de presentarlas a los clientes, y una zona histórica peatonal bastante bien protegida. Por tanto, es una ciudad silenciosa y tranquila. El Museo Provincial y el de la Universidad de Santiago, junto con la catedral, completan una oferta cultural digna de ver en cualquier fecha del año.
Se puede dar un paseo por el exterior de la muralla y solo se ve interrumpido por carecer de acera en un tramo próximo a la calle Vilalba. Una pena. También se puede pasear por la misma muralla y se completa el paseo con varias opciones de subida y bajada a lo largo del recorrido.
Pero salta a la vista que este monumento centenario es digno de una mayor protección. El tráfico debería desaparecer de la Ronda de la Muralla. Debería haber un paseo peatonal en su lugar, para eliminar contaminación acústica y por emisiones de gases de los automóviles. Debería haber también un paseo alrededor de la muralla en su parte interior. Y es aquí donde aparecen los problemas que acechan a la edificación a proteger.
En las imágenes se ve cómo amenazan estas edificaciones interiores y exteriores la singularidad de la muralla romana. Habría que dar un paso más para protegerla. Preservarla es una obligación de los gobernantes y de la ciudadanía. Eliminar la contaminación, y por tanto el tráfico, a su alrededor y hacer zonas peatonales amplias por dentro y por fuera del muro convertiría la ciudad en un lugar aún más atractivo para el turismo, al mismo tiempo que los vecinos disfrutarían mucho más este prodigio  que hace de Lugo una ciudad singular.




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