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miércoles, 30 de octubre de 2019

IMPRESIONES SOBRE PALMA DE MALLORCA



Tenía dos misiones que cumplir en esta primera visita a la ciudad de Palma: saber cómo había afectado el boom turístico desde los años sesenta a la costa y si la catedral estaba tan cerca del mar como mostraban las fotos que me enseñaban últimamente.
De lo segundo ya comprobé que es un efecto óptico pues el agua tan cercana es de un lago que bordea el monumento religioso.
De lo primero hay mucho tema que tratar. La explotación de la superficie cercana al mar es más brutal de lo que pensaba. Son mayoría las construcciones que afean el paisaje, el acceso a las playas o calas es inexistente o con muchas dificultades. En su mayoría son los propios edificios de restaurantes, cafeterías y hoteles los que tienen el espacio de vistas al mar ocupado, de forma que para verlo, hay que pasar por esos espacios privados o pagar para contemplarlo.
En zonas montañosas cercanas al mar la explotación del terreno experimentó grandes transformaciones y se dieron soluciones arquitectónicas curiosas.
Lo anterior sucede en San Agustín y Cala Nova, no así en Playa de Palma donde los cinco kilómetros de arenal son visibles y sin grandes dificultades desde el paseo y hasta la principal calle paralela a este.
A las construcciones nuevas se les asignó en esta enorme playa de la bahía una segunda y tercera fila alejadas del mar, cosa que es de agradecer para los visitantes, que sin ningún tipo de dificultad, pueden bajar a la playa y disfrutar del espacio público. Esta es la principal diferencia a favor de Playa de Palma respecto a otras zonas turísticas españolas del Mediterráneo.
Cómo no recordar aquella canción Vuelo 502 de Los Tres Sudamericanos, "A Mallorca voy con mi canción..." que fue un gran éxito musical en los años sesenta. De aquellas promociones alocadas, estos resultados y estos precios desorbitados que la hacen inasequible. Es de suponer que será difícil contener la avalancha de propietarios con ansias de coparlo todo, como parece.
Todo ello sucede en un ciudad  de más de 400000 habitantes, calificada como la mejor para vivir, con su zona histórica, calles estrechas y peatonales, grandes avenidas y zonas comerciales donde se oye hablar a la gente en francés, inglés y alemán, con tanta frecuencia como en español.
Estos pensamientos surgían mientras al lado de la lonja sonaba una guitarra española. El guitarrista se llevó un buen aplauso del público que parecía no prestarle atención.
Con este artículo, el blog entra en las 15000 visitas. A todos muchas gracias por vuestra atención.

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