Corrupción
y acoso sexual
Las
militantes, votantes y simpatizantes del PSOE están en shock. El dolor es
grande por los casos de corrupción pero lamentan especialmente los de violencia
sexual cometidos por dirigentes destacados contra compañeras del partido o de
las instituciones, donde trabajan también estas mujeres molestadas.
Hay
un me too pendiente de llevar a cabo
y este parece ser el momento propicio aunque no lo quieran. La revolución q ue ha de llegar se asoma cuando menos se
la esperaban. Los canales internos de denuncia anónimamente no son suficientes.
No están funcionando y quienes tenían que recoger las denuncias no están
preparados o preparadas para saber cómo proceder ante víctimas y agresores.
Hacen
falta cursos de formación para que se les conceda la categoría de políticos al
servicio de los demás. Necesitan que se les recuerde las leyes de igualdad en
vigor. Esos cursos de formación deben incluir el respeto a las mujeres,
compañeras o no de los partidos.
No
pueden ocurrir estos casos a estas alturas, cuando la ciudadanía ha asumido las
reivindicaciones de independencia y autonomía para ellas también, que las
consideran como logros sagrados e incuestionables.
Lo
personal es político tanto en la casa, como en el partido; en la calle, como en el trabajo. Es decepcionante ver cómo los
abusadores interpretan que es un derecho masculino tratar a las mujeres como si
fueran aspirantes, que esperan a ser elegidas, anhelantes de deseos ajenos,
postulantes a un trabajo por el que hay que pagar una factura, sea la que
sea, antes de empezar a cotizar a la
Seguridad Social.
Ya
no, pero algunos no se han enterado. Sacarles del error va a ser duro. Van a
tener que cambiar muchas cosas. Tienen que ser Adriana Lastra, Carmen Calvo y
mujeres como estas del partido quienes tomen las riendas de la organización.
Este se convirtió en el partido de la ética y tienen que saber defenderlo.
Tienen que ser mujeres como ellas quienes aspiren a liderar el partido en el
futuro.
No
puede perderse esta oportunidad de catarsis tan necesaria. Es la ocasión de
cambiar el rumbo. El líder no puede afianzarse sin un órdago a comportamientos
inadmisibles. No se puede pedir ejemplaridad si no son erradicados de una forma
clara y contundente esos comportamientos.
Sobran
las palabras, las mujeres quieren hechos. Quizá era más fácil que el liderazgo
femenino surgiera con un jefe de filas débil como Zapatero y, sin embargo, se
aletarga con uno fuerte como el de Pedro Sánchez. Pues pónganse las pilas y
busquen soluciones. Es hora de dar respuestas claras.
Las
mujeres no quieren tener que dar dos pasos atrás para luego recuperar en la
lucha la mitad de lo perdido. Siempre están perdiendo terreno en el intento de
avanzar. Ya se han dado cuenta y no quieren retroceder; solo desean progresar y conquistar derechos. Ellas miran
de frente y tenían como guía a esas mujeres mencionadas que exhibían
independencia, seguridad y coherencia.
El
partido debe recuperar esos cuadros feministas ocultos por los casos de
corrupción. Los corruptos son también representantes del inmovilismo en cuanto
a derechos sociales. Derechos que parecían conquistados y logrados, pero ya
vemos que solo era un espejismo.
Puede
que todo se quiebre por la corrupción, pero no solo va ser por cuestiones
económicas, sino por estropear los hitos conseguidos, ¡Qué torpeza!
Áurea
Sánchez, 15 diciembre 2025.
También en SigloXXI.
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