MATAR AL MENSAJERO


Es la primera vez que un "garganta profunda" da la cara y continúa escupiendo información mientras declara ante la policía en Londres. Europa, América y Oceanía: tres continentes vapuleando al mensajero y puede acabar siendo extraditado a Estado Unidos. El caso de Wikileaks demuestra que vivimos bajo el imperio americano; un imperio económico que lo controla todo, sin oposición ni alternativa, en tiempos de tecnología punta que rompe barreras de tiempo y espacio hasta límites inimaginables hace sólo décadas.

De momento no hay acusaciones contra él en Estados Unidos, pero ya están pidiendo su persecución. No sabemos si por robar información, como se ha dicho sin haber probado tal extremo, o si por poner en peligro, presuntamente, la vida de personas al servicio del Pentágono, cuestión que Julian Assange ya ha asegurado que no es cierto.

Sobre su futuro legal apuntan que Suecia le juzgará por los presuntos delitos sexuales cometidos y tras esta aclaración de la vía francesa, gestionada a lo 007, James Bond, "chercher la femme", Estados Unidos y Suecia, que tienen un acuerdo flexible de extradición, continuarán con su persecución al periodista . Julian Assange se las tendrá que ver con el poder que todo lo controla, el ojo que todo lo ve y el oído que todo lo escucha.

Se especulaba días antes de la detención del periodista y hacker sobre la bondad de las ultimas filtraciones a los diarios que están publicando los papeles del Departamento de Estado. Julian Assange estaría buscándose una salida airosa a su acoso mundial. Parece que no tiene escapatoria más que la negociación y el reconocimiento, al menos, de parte de su culpa ¿Pero culpa de qué? Todavía no sabemos cuál es el delito que ha cometido con Wikileaks y la información confidencial que está suministrando.

Las últimas noticias apuntan que, tras declarar ante el juez de Londres, le mandaron a la cárcel de Wandsworth, la más grande del Reino Unido, con 1.600 internos, según The Guardian. Veremos qué le espera.