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viernes, 15 de julio de 2011

BUSCANDO EL CÓDICE

La ciudad no podía sobrellevar el año de celebraciones del octavo centenario de la Catedral sin dar un golpe informativo. Se forjó en la leyenda y una nueva viene a renovar ese compromiso con el misterio sin resolver que entraña la misma tumba del Apóstol.
Los propios periodistas que dieron la noticia de la desaparición del Códice Calixtino se habrán quedado de piedra al ver entrar en la comisaría de Santiago al deán, José María Díaz, con el desconcierto en su rostro.
Horas y horas de visionado en el disco grabado pero muy difícil será para la Policía localizar a esos dos sabuesos, bautizados como "inspectores de pega", que se han hecho pasar por agentes de Hacienda. Con acierto se ha dicho desde los primeros momentos que parecía un robo por encargo. Pero llama la atención la falta de seguro de la joya literaria y que entre las cámaras de vigilancia no hubiera una al menos que enfocara al propio Códice. La llave puesta en la vitrina viene a decir un "me lo llevo con permiso y lo devolveré con condiciones".
Si el Vaticano, el Tesoro de Petra y Egipto se convierten en escenarios o referencias de grandes producciones cinematográficas, por qué no Santiago de Compostela, donde abundan las realizaciones fantásticas que se transforman en razón de ser por ellas mismas.
Dicen que al menos dos escritores ya han tomado el Códice como sujeto de sus elucubraciones literarias que se desarrollan en la Catedral de Santiago, pues en su ausencia puede aparecer no el auténtico pero sí la reconstrucción ficticia de lo que fue y puede llegar a ser el libro de oro de Compostela.
Mientras tanto seguimos alimentando la leyenda de un pueblo original, distinto y, por tanto, merecedor de ser el primer protagonista en un mundo fantástico.




Número 216, página 10

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