Dice la noticia "nada es gratis en tiempos de crisis"; claro que nada es gratis, pero hablando de la Iglesia, las cosas deberían ajustan mucho más a su valor y una misa puede salvar almas. Ya se cobra en la mayoría de las catedrales sólo por visitarlas y el culto tiene que tener un precio. Si no lo tuviera no sabríamos el valor que alcanza.
En un mundo globalizado, sin moral, sin aliciente de ningún tipo, regido por el dinero, la misa encontró su contrapartida. A esto hemos llegado, la puerta del cielo se abre si antes se pasa por caja.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Puede dejar su comentario.