Entre el presidente que se queda en la Moncloa sin vacaciones y el jefe de la oposición que viaja a su destino en el asiento trasero del coche sin cinturón de seguridad, andan los titulares de hoy. No tener vacaciones es como no tener recreo escolar por una tarea inacabada. Eso parece que le pasó a Zapatero al quedarse este año en casa. Según él porque tiene temas urgentes que abordar.
Si con ello quiere sentirse cercano a los que sufren directamente las consecuencias de la crisis económica, tampoco es una decisión acertada porque las vacaciones no tienen por qué ser sinónimo de dispendio, sino de descanso; y el descanso es necesario para todos, inclusive para el jefe de Gobierno. Precisamente por tener tan altos cometidos que le esperan en septiembre es por lo que debería poner su mente a descansar unas semanas.
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