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domingo, 28 de noviembre de 2010

RUBALCABA COMO PORTAVOZ


Decía Felipe González en su primer viaje a China como presidente del Gobierno "me da igual gato negro o gato blanco, el caso es que cace ratones". Para conseguir la igualdad entre hombres y mujeres es importante que ellas sean las transmisoras de modelos a seguir, pero lo es más cuando son hombres los que dan ejemplo.

José Luis Rodríguez Zapatero dijo en una ocasión siendo ya presidente "soy feminista" y cundieron las carcajadas en la bancada de la oposición y se multiplicaron los remordimientos en la de los socialistas. Ni al presidente le permiten decir algo proscrito, pero sabemos que es feminista y siempre lo será. Eso se nota. Se lleva muy adentro. La igualdad es un tema muy atractivo para los idealistas, y el presidente lo es.

Se considera democrático aquel país que permite la alternancia en el poder. Y duele cuando ganan los contrarios y ver bajar de la tribuna a los que perdieron si son de nuestra cuerda. Pues no ocurrirá lo mismo cuando sea un hombre o una mujer los que ocupen determinado puesto y con ello no se ponga en juego la igualdad entre los géneros.

Las cuotas son necesarias para alcanzar la representación prevista en la ley, pero la presencia equilibrada es algo que no tiene sólo que ver con las personas, tiene que ver con la perspectiva de género; y ese debe ser un objetivo siempre presente en la agenda del Gobierno.

¿Puede el vicepresidente primero y ministro de Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, ejercer con tanta eficacia el puesto de portavoz como lo ha hecho María Teresa Fernández de la Vega? Podemos decir a día de hoy que sí. Tiene una ocasión de oro para demostrarlo. Políticamente hablando, las víctimas de la violencia machista son tan importantes como las de la violencia terrorista. Lo personal, es político.-

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